miércoles, 14 de abril de 2021

LA ÚLTIMA PRINGÁ


 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendiente de aquellos jándalos que trajo el Siglo XX te diga. "Al domingo no llegan". Y a pesar de tener la comida en casa, el miércoles 14 de abril, el aperitivo fue la pringá de la Bodega San José, vulgo "el Punto".

En un Arenal que aguardaba el si o el no a los toros. Unos toros que en el Punto ya no verán, si al final llegaran.

Cuando llegó Nicolás(el camarero) con los montaitos dijo una sentencia lapidaria. "Hoy se acaban, sólo quedan dos más".

El mismo día que se hablaba de Astra Zeneca y de Jansen con esperanzas negras, en el Arenal se extinguía la Pringá.

No voy  a apelar a la pena negra de aquellos que se paran a escribir de la Ciudad en actualidad como si fuera una sevillana del Pali, pero hoy me sentía mientras acababa aquel montaito que tantas veces me comí como el que se come un costillar de rinoceronte blanco. Algo en extinción. Algo que no volverá. Ya no habrá cerveza a la ligera cuando el Baratillo se traslada. Y en una adaptación del río de Heráclito no volveremos a comer el montaito de pringá de la misma manera. Al igual que el nunca te bañas en el mismo río, nunca te comerás el mismo montaito de pringá.

Hoy los montaitos sevillanos tienen una baja sensible. Descanse en paz la Pringá del Punto

sábado, 14 de marzo de 2020

CAPITULO II LA PAREJITA

Allí estaban esta mañana. Alguien que volvió corriendo al confinamiento. Alguien que se enteró que la tintorería seguiría abierta.
Allí se quedaron la parejita la tarde del viernes, hasta que el sábado cuando salimos a por alguna cosilla que nos faltaba por comprar, nos dimos cuenta de que alguien se los había llevado por fin.
Fue curioso. Sevilla este. Hasta allí llegaron dos patinetes siempre me quedaré con la duda de como y quienes fueron sus ocupantes.
¿Habría traido el virus desde otra zona de Sevilla?.
Afortunadamente se fueron como llegaron, de improviso.
Eso si antes de irse se ganaron la segunda foto del confinamiento.

viernes, 13 de marzo de 2020

QUE EL COVID NOS PILLE SILBANDO...EN CASA


CAPITULO I LA SOLEDAD DE LOS CALLOS

Parece que esto va en serio. Parece que irresponsabilidad tras irresponsabilidad al final lo consiguieron y el virus llegó a todos sitios. Y allí estaban aquellos callos solitarios, en una tarde en la que todo lo madrileño sonaba mal.
Me miraba con desdén al principio pero después con el deseo de que mitigara su soledad. Lo dejé todo condicionado a que hubiera algo de chorizo picante, para convertir aquellos callos en menudo.
No hubo suerte y allí lo dejé en soledad. Aquel trozo madrileño en el inicio del apocalipsis zombie que se avecinaba.
Estos días convulsos puedes hacer sin problemas un menú con lo que nadie toma, eso si me llamó la atención que nadie cogiera panacotta y que sólo quedaran tres botes de guindillas.
Mañana se inicia el confinamiento oficialmente, lo haremos mejor de como lo han hecho nuestros políticos. #Quemiencierrosirvadealgo

jueves, 5 de marzo de 2020

MOJAMA SANTI

Había nacido menudito, con la cara morena y un rostro más propio de la India que del Arenal. Era tan menudo que su madre nunca usaba el nombre entero. Siempre lo llamaba Santi. Además le encantaba la mojama, de ahí su sobrenombre. Santi recordaba sus anteriores reencarnaciones, había sido gorrión saltarín en el antiguo Egipto. Soldado en Roma, ...., así hasta la última en la India. Las reencarnaciones eran cada una distintas y los recuerdos que conservaba de una a otra no eran siempre en cantidad o calidad. De la última recordaba sus paseos por la India, hablarle a mucha gente y mucha hambre, aunque hambre con sentido. Cada vez que recordaba aquella reencarnación le pedía a su madre un puchero, con aquella pringá con la que podrías recomponer un par de animales. Se sabía hambriento, aunque feliz, era un poco como Obelix pero al revés había sido en otra vida de ayunos a más no poder y Santi ahora era capaz de comerse una vaca llena de pajaritos empujada por seis palos de nata.
Era fácil verlo por los bares del barrio bebiendo cerveza y comiendo mojama y sus amigos siempre venían a pedirle consejo, porque aunque según su madre no había nacido muy listo sus dichos y consejos te hacían pensar.
- Mojama, vaya tela la que ha dao el ayuntamiento y la policia con los aforamientos a mi me ponen de los nervios, ¿tu que harías?.
- La ira es mala consejera. Debemos pensar porque hacen eso y si quieres que te dejen pasar en una bulla aprende frases en italiano y tose mucho, y el mundo se abrirá a ti como una florecilla mañanera. Y ahora dejame meditar, no se que tapa pedirme además de la mojama.
Mojama vestía siempre de blanco y con la edad se había puesto unas gafas redondas que se encontró en pichardo, aunque estaban sin graduar, él estaba más cómodo con aquellos anteojos.
- ¿Que piensas del cartel Mojama?
- Que como aficionado a la fotografía me gusta que sigan siendo pinturas, por mucho que te paguen no compensa gastarlo en ansiolíticos.
Mojama Santi siguió en su rincón.
- ¿Y el Corona virus?
- Yo estoy inmunizado he comido bocadillos en sitios donde las uñas del dueño parecían cáscaras de mejillones, bebido cerveza en lugares donde se lavaban los vasos con aguilla y deditos y llevo en el cuerpo aguardiente y cruzcampo como para matar cualquier bicho. Osea que na de na...
...y allí siguió aquel sabio reencarnado.
- Algún dia Mojama serás el icono de la Sevilla más profunda.
- Dios me libre. Yo sólo quiero una cosa.
- ¿El que Maestro?.
- Más mojama....(continuará...o no
)

jueves, 3 de octubre de 2019

Geometría rancia



Recuerdo de pequeño usar la palabra rancio, para aquellos alimentos que se habían echado a perder o que estaban a punto de hacerlo.
Afortunadamente mi querido  Paco Robles y mi escritor de Rancio-sellers, Julio Muñoz, le dieron otra entidad a la palabra Rancio.
Así paseaba un día por una de esas recónditas callejas que alfombran el centro de paredes y adoquines cuando me crucé con este hexaedro perfecto, que les muestro en la foto.
Y me dio por pensar en la geometría rancia sevillana de toda la vida.
La caja de loción de afeitar Floid, comprada en José Gestoso, sería ideal para el rectángulo y para el prisma rectangular.
Seguí andando por el centro hasta que vi las piedras de molino en la calle Fabiola incrustadas en las paredes, claro ejemplo del círculo. Las columnas romanas de la calle Aire, que alguna viajó hasta la Alameda de Hércules, como cilindros con muchos siglos en su estructura. Y así llegué a la Catedral, esa cúpula de la capilla Real, como semiesfera o semicírculo y esos rombos entrelazados de las sebkas de la Giralda. Y pasé de refilón por el Alcázar con sus arcos y sus polígonos regulares e irregulares convertidos en azulejos.
Así llegué hasta el dodecágono almohade más hermoso que nunca vi, el que forma la Torre del Oro, ese rinconcito donde todo tiene sentido.
Seguí paseando y recordé los conos más cofrades que existen y las colas que se forman en Alcaicería para comprarlos cada año, esas esferas de colores que se convierten en cielo iluminado cuando Abril estalla de alegría junto al río y sus líneas paralelas de las lonas de las casetas, el óvalo maestrante, triangulo isósceles de las cuñas de la Puebla del Río, ...,Sevilla es pura geometría.
Fuera apretaba el calor con un viento de levante que ponía la sensación térmica en modo calderas del Titanic.
- Ponme un cilindro de cristal hueco con lúpul...échame un tanque anda que hace calor hoy.

sábado, 14 de septiembre de 2019

EL BARATILLO EN CANTABRIA

Ayer por la noche en el programa de Bertín Osborne a todos sorprendió una foto de la Piedad en una ermita en la que el jerezano entrevistaba a Miguel Angel Revilla. Algo que descubrió mi amigo Carlos hace ya unos años, aquí os dejo su historia que yo escribí en el extinto diario XYZ hace ya 3 años.

"Que el verano es tiempo de viajes y cruces de caminos es algo que no vamos a descubrir en estas líneas. En estas estaba Carlos cuando llegó a Cotillos en plena sierra de Cantabria en el valle de Polaciones. Donde nació su madre Basilisa, que se quedó huérfana muy pronto y la ausencia de medios hizo que Ella y algún hermano más fueran distribuidos entre familiares por ejemplo en Sevilla.
La Guerra (In) Civil y la distancia de la post-guerra hizo que no pudiera volver a su pueblo en mucho tiempo. Basilisa se asentó en Sevilla donde conoció a Antonio, que con el tiempo se convirtió en su esposo.

Antonio regentaba una barbería en Dos de Mayo y otra en Harinas, con el tiempo se quedó sólo con esta última.
Carlos con la memoria de sus padres en el recuerdo volvió este año al pueblo de su madre, después de 12 años sin ir, donde este año consiguió ver la Ermita de San Miguel y la iglesia de la Sierra y cuál fue su sorpresa cuando en esta última encontró una Virgen que le resultaba familiar, esa vecina de barrio, la Madre niña llorosa que cada Miércoles Santo procesiona desde el 13 de Adriano en el primer paso del Baratillo. No es especialmente capillita pero aquello le dio un vuelco al corazón. La Piedad del Baratillo en el pueblo de su madre. Si pasan por el valle de Polaciones y quieren entrar en la ermita de la sierra pregunten por Teresa tiene las llaves su padre Pepe nació en Montesión y por avatares que Carlos no sabe contarme acabó en Cotillos casándose con la hermana de Basilisa. Y ahí se cerró la conexión Sevilla-Cotillos que terminó con una foto de la Piedad en medio del Valle de Polaciones."

jueves, 22 de agosto de 2019

#Sevillanos


El tiempo, ese que pasa inexorable e inapelable para todos y para todo. También pasa sin pausa para los medios de comunicación y para las redes sociales. Así estaba en medio de mi convalecencia cuando me encontré en medio de twitter una serie de fotos que con la etiqueta #sevillanos, voy y sigo colgando cada cierto tiempo. La historia de esta ciudad se jalona de pequeñas historias que viven sus habitantes. Esta foto, la que corona este post, tiene como personaje a Don José Yebra y Sotillo, tasquero que fue de la ciudad, días antes de que se jubilara. Se daba la circunstancia que este que escribe sólo iba allí a meterse en el ambiente y no a fotografiar con lo que cuando saltó la noticia de su jubilación no tenía ninguna foto.Su casa era la de todos los espíritus libres, que querían beberse un cubata o una cerveza en la Sevilla de los años 60. Allí se hablaba de cofradías y de todo en general. Se conocía a personajes de rancio abolengo que transmitieron lenguajes y expresiones propias de aquella cultura tabernaria. Si se escuchaba "mi querido amigo" era la señal de que una mujer de buen ver pasaba cerquita. Cuando Pepe decía plasticorum era que había que cerrar y te llevaras la copa, había un horario pero se adaptaba a lo agusto que estuviera Pepe con la concurrencia. Allí se contaban historias de lo que ocurría en la ciudad, se nombraba a travestis como la Paulova, a la que apodaron así por lo que se abría de piernas. O se veía a un señor de barbas largas que guardaba las monedas en la caja de un carrete....historias tras historias de otra Sevilla, para contar a la luz de botellines, o de cerveza en vaso de duralex, la historia de Sevilla escrita a pie de calle...,habrá más.

LA ÚLTIMA PRINGÁ

 Extraña sensación la de decir que tienes que ir a un bar a comerte un montaito antes de que cierre el domingo y que el camarero descendient...